jueves, 23 de febrero de 2012

Los Benandanti o Benandantes

     

     Uno de los casos que demuestran con mayor claridad que a menudo ciertas prácticas de la tradición popular se consideraban obras de brujería lo encontramos en los procesos contra los benandantes o Benandanti, e la región de Friuli, al norte de Italia -así que mis deseos de ser un benandante ya han sido derrocados-. 
     Estos episodios, ocurridos entre los siglos XVI y XVII, demuestran cómo los jueces transformaron una realidad folclórica precristiana en un culto satánico.
     Este grupo, que caminaba por las noches, aparee citado por primera vez en 1575. La característica principal de los que se iniciaban en éste culto era que debían nacer con la bolsa amniótica, lo que les entregaba el poder de salir de sus cuerpos, habilidad conocida hoy como proyección astral. 
     El monseñor Jacobo Maracco y el inquisidor de Aquileia, Julio de Asís, recogieron el testimonio de un párroco de un pueblo cercano. Éste explicó el caso de unas personas que "son buenas, se llaman benandantes e impiden el mal". Cuando describió el caso de Gasparutto, un benandante, afirmó que éste "vagaba de noche con brujas y duendes" y participar en batallas rituales. El párroco no era consiente de que con esta declaración desataría una cacería de brujas. En las siguientes líneas del testimonio no se aclara nada acerca de un culto a Satanás o de sacrificios humanos. Es más, según la voz de los benandantes, ellos se enfrentaban a las brujas -stregas- para contrarrestar sus efectos nocivos.
     Gasparutto contó que el día propicio para reunirse era el jueves de las cuatro témporas en una localidad cercana donde peleaban, jugaban, saltaban y cabalgaban y hacían muchas cosas más; y las mujeres pegaban con cañas de sorgo a los hombres que estaban con ellas, que no llevaban en la mano más que un manojo de hinojo. En este punto podemos observar un típíco ritual de fertilidad, tal y como se hacía por ejemplo en Grecia, en el culto al Dios Pan, o en Roma durante la Lupercalia. 
     Las témporas son los días de ayuno del calendario eclesiástico: témpora de primavera, primera semana de Cuaresma, témpora de Verano, octava semana de Pentecostés, témpora de Otoño, tercera semana de septiembre, y témpora de invierno, tercera semana de Adviento. Podemos observar una gran relación sincrética entre la tradición agrícola ya nombrada y la tradición católica, elemento muy común dentro de los cultos paganos italianos. La falta de elementos satánicos hizo que los investigadores de la Inquisición dejaran temporalmente la búsqueda de los seguidores de este culto, pero luego de cinco años se reanudó fuertemente.
     En junio de 1580, Battista Moduco di Cividale, otro benandante que estaba siendo investigando, declaró: "Soy benandante porque voy con los demás a luchar cuatro veces al año, durante las noches de las témporas, invisiblemente, con el espíritu, y el cuerpo se queda; pero nosotros vamos con el favor de Cristo contra los brujos del diablo, luchando, nosotros con manojos de hinojo y ellos con cañas de sorgo [...]. Y si vencemos, aquel año hay abundancia, y si perdemos, hay sequía". 
     Aquí tenemos dos análisis, porque el primer testimonio decía que los strega llevaban sorgo y los benandantes, hinojo, mientras que Battista afirma que los hombres llevaban sorgo y las mujeres hinojo. La primera opción es que se tratara de una representación ritual, y la segunda es un acto meramente simbólico. 
     También notamos que el resultado es la sequía o la lluvia, por lo que vemos que el culto Benandanti tenía como fin favorecer los cultivos. 
     Por la declaración de Battista podemos saber que se entraba en la "compañía" a los veinte años y era indispensable "haber nacido vestido", alusión a nacer con la bolsa amniótica. El mismo hombre aseguró que cuando llegaba el momento de la lucha, un hombre como cualquier otro, pero que estaba por encima, repicaba tambores en forma de llamada. Afirmó que eran una multitud, a veces más de cinco mil, y que algunos se conocían entre sí y otros no, porque eran de diferentes pueblos. 
     Es interesante observar que el inquisidor intentó forzar al interrogado por medio de un serie de preguntas para que reconociera que la esencia del culto era la adoración a Satanás pero Battista negó conocer aquel personaje. Todo lo contrario, afirmó que los Benandanti eran reclutados por un ángel dorado, una figura enviada por Dios. 
     Otro dato curioso era que "la bandera de los benandantes era de armiño blanco, dorada y con león, y la de los brujos ea de armiño rojo, con cuatro diablos negros".
    Gasparutto declaró cosas similares, pero en su segunda declaración agregó un elemento determinante: dijo que, al igual que sus compañeros, para salir de su cuerpo, sufría convulsiones y episodios de catalepsia. Esto fue interpretado como las convulsiones de la posesión demoníaca. 
     El juicio concluyó con la condena de los imputados: a los dos benandantes que insistieron en declararse defensores de la fe y combatientes contra los brujos, se les castigó con seis meses de cárcel y se les obligó a abjurar de sus errores herejes. 
    Los procesados, que según los jueces actuaban con magias y por lo tanto eran disidentes religiosos, eran conscientes de formar parte de un culto agrario de la fertilidad que, a pesar de servir a Cristo, tenía raíces paganas.
    El hinojo era una planta común para la defensa contra la brujería, y el sorgo era similar a las hebras de las escobas, relacionadas con los brujos y las brujas. 
   En casos siguientes, las cosas fueron empeorando. A partir de 1600, la lucha contra las brujas pasó a ser secundaria en las indagaciones, y pasó a ser importante la forma en la que sanaban a las personas afectadas por las brujas, que supuestamente eran sanaciones rituales.Algunos benandantes afirmaron ir a un Aquelarre como simples oyentes para ver cómo actuaban los brujos y así actuar en consecuencia. Comenzaron los inquisidores a deformar la imagen de estos adoradores de la naturaleza y los convirtieron en seguidores de Satanás, poseídos y endemoniados. 
    En otros textos se dice que otro poder de los Benandanti era ver y oír a los muertos cuando iban de caravana, en especial en fechas santas. Las mujeres benandantes en especial tenían el don de la mediumnidad, y podían hablar con los muertos, pedirles consejo y guía. Algunas declaraciones dicen "quien es benandante ve a los muertos, camina con ellos y no sabe lo que hace". Fuentes más modernas relacionan este culto a la figura de Frau Holle, típico cuento europeo del cual hablaré en otra ocasión. 
     A veces, hablando con personas paganas, surge la interpretación de una lucha entre Clanes o entre religiones, los Benandanti y los Stregas, unos del Norte y otros del Sur, pero es algo que jamás llegaremos a comprobar.
     Por mi parte, mi familia viene del sur y estoy feliz por ello. 
    Eso es todo por ahora, saludos y bendiciones a todos!!! Gracias por leerme!
    Saludos a Richyna, que me firma y no sé quién es jajaja
     

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